domingo, 31 de marzo de 2013

Vida en el satélite Europa


Con el envío de la nave Voyager 2 se pudo observar que en uno de los satélites de Júpiter, Europa, había lo que parece ser un océano bajo la capa de hielo que cubre el satélite. Con la misión Galileo, que envió a Júpiter un orbitador en 1989, se pudo comprobar aquella hipótesis, conociendo que el océano era de agua líquida y se encontraba situado a 95 km bajo la capa de hielo.




Aunque la idea puede impactar y desconcertar, en la Tierra tenemos un ejemplo que podríamos denominar "similar". Es el caso del lago Vostok. Este lago se encuentra aislado a 3.748 m bajo la superficie helada de la placa Antártica. Estudios recientes han demostrado, gracias al núcleo de hielo que se consiguió en 1998 mediante un sondeo, que ha aparecido una nueva especie de bacterias que no se corresponde a ninguna actualmente conocida.

Gracias a ello ha aumentado el interés por la investigación en Europa, incluso se piensa que las posibilidades de que haya vida son mucho mayores que en Marte. De igual manera se piensa que la vida puede haber surgido en Europa igual que surgió en la Tierra. Pero si es así, además de compartir un océano, necesitaría una fuente de calor, lo que nos traslada a otro satélite de Júpiter: Io.

En Io aparece una continua acción volcánica, producida por la atracción gravitatoria de Júpiter, por lo que en Europa ese vulcanismo podría ser igualmente posible. Además, hay que destacar que posiblemente el agua de Europa contenga una gran cantidad de oxígeno, incluso puede que mayor que los océanos de la Tierra.

Se piensa que la próxima misión que se enviará a este satélite será la denominada sonda Clipper, la cual se encargará de explorar la superficie de Europa. Pero sin duda, el mayor proyecto es el de descender la gran capa de hielo, llegar al océano y recorrer parte de su extensión. Actualmente se están llevando a cabo pruebas con un vehículo submarino denominado DEPTHX, que será el encargado de rastrear parte del océano. Hasta el momento, este vehículo ha sido capaz de explorar y trazar mapas subterráneos de diversas zonas, incluyendo una caverna, donde se dificulta el movimiento.




La idea es compleja: Una sonda, que tardará unos años en llegar a Europa, descenderá a la superficie del satélite. Una vez alcanzada, se activará un sistema que aportará, mediante energía nuclear, el suficiente calor como para derretir el hielo y así posibilitar el descenso. Este proceso puede llevar varios días e incluso meses. Tras esto se liberará el vehículo DEPTHX, que se desplazará buscando señales de vida (entre otras cosas) y que enviará la información a la Tierra.

La misión Clipper podría ser enviada en 2021 y llegar a Europa en 2026. Por tanto, hasta el momento de poder introducir un vehículo bajo el hielo, se espera que pasen varias décadas.









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